Él es un jugador, ya sabe que jugar y como una de sus cartas te va a tirar. Como todo gran jugador ya piensa en su próxima partida para otra vez volverte a engañar. Otro pétalo se cae de la flor volviéndose a ocultar el sol. La primavera se vuelve otoño, tal vez, eso depende de vos. Mientras él sigue observando los ojos de sus rivales, tus ojos se reflejan en algún oscuro lago de un bosque impenetrable. Caminas sobre hielo, el cielo empieza a nevar, falta envido canta otra vez y el juego sigue su curso normal cuando vos te largas a llorar.
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